jueves, 28 de mayo de 2015

Rosas rojas



rosa roja 

Principalmente, las rosas rojas son el símbolo del amor, sobre todo los enamorados las eligen para regalárselas a su pareja, pero también se pueden emplear como regalo a un amigo como muestra de respeto.
Las rosas rojas no sólo son símbolo del amor, un simple amigo se las puede enviar haciendo halago a la belleza y al respeto que los une. Se trata de uno de los colores más excitantes y pasionales en una rosa.

cuidado de las rojas 

Es una planta para cultivarse en el exterior que, en general, requiere una exposición al sol, aunque no le gusta el clima tórrido ni ventoso.

Debe procurarse situarse en un lugar ventilado, donde la temperatura no exceda por encima de los 25ºC.

En general, puede cultivarse en climas cálidos, con una variación térmica entre los 15ºC y los 25ºC, pero el su clima preferido es el atlántico.

En climas más fríos hay que proteger las raíces de la helada, mediante un buen acolchado.
Puede aguantar temperaturas por debajo de los -10 ºC, aunque las temperaturas bajas estropean las flores y pueden dañar las raíces, en caso de no estar protegidas.
Para evitar el contraste de temperaturas que se produce en estos lugares cuando sale el sol, con respecto al frío nocturno, es conveniente plantarla a semisombra, de esta manera los rayos solares no la quemarán después de descongelarla.

En caso de querer cultivarla en el interior, debemos evitar que sea en un lugar demasiado reseco, para ello realizaremos riegos frecuentes y pulverizaciones con el fin de aumentar la humedad.

No soporta las habitaciones demasiado cálidas, de ahí que difícilmente pueda vivir bien en un lugar con calefacción o en una estancia cuya temperatura suba por encima de los 15 ºC en invierno.

Otro de los problemas que presenta su cultivo, especialmente en interiores, es la facilidad con la que se desprenden los pétalos en caso de manipular la planta.
Este mismo problema lo presentan aquellos ejemplares que se cultivan en maceta en exteriores, de ahí que no debemos mover la maceta.

Se tiene que regar regularmente, sobre todo en verano. Si se trata de macetas pequeñas, durante esta estación, es aconsejable regar todos los días, especialmente cuando se trata de miniaturas, en pequeños tiestos, que tienen poca retención de la humedad.

Con este tipo de ejemplares incluso es conveniente regar un par de veces al día, en caso de que el rosal esté expuesto a pleno sol.

Con macetas más grandes deberá hacerse cada 2 o 3 días.
En general, es aconsejable que las macetas tengan un buen drenaje, puesto que, si el agua se estanca, propiciará la aparición de muchas enfermedades.

Se tendría que colocar las macetas, de manera que el agua sobrante no toque las raíces.
Cuando la maceta esta dentro de un recipiente, si salida de agua, es conveniente vaciar toda el agua del mismo después de regar la planta, una vez se ha escurrido toda el agua.
No conviene colocar las macetas encima de platos.

Los ejemplares más grandes plantados sobre el suelo y una vez se encuentren bien enraizados pueden resistir mejor la sequía.

Aunque, especialmente en verano, no es conveniente someterlos a un estrés hídrico demasiado prolongado.

Después de la plantación y en época de crecimiento o de floración, deben regarse con frecuencia, impidiendo que la tierra se quede seca.

En ningún caso debemos mojar las hojas o las flores durante el día ,puesto que las gotas de agua actúan como pequeñas lupas con respecto al sol y pueden quemarlas.

Una buena pulverización después que se oculte el sol resulta muy adecuada para estas plantas que requieren una buena humedad ambienta.

Para retener la humedad del suelo resulta muy adecuado aplicar una capa de " mulch" ( acolchado ) a base de corteza triturada, paja o estiércol.

Este recurso resulta especialmente adecuado con las trepadoras que deben situarse sobre una pared orientada hacia el sur.

martes, 5 de mayo de 2015

10 consejos para cuidar un Bonsai

10 consejos para cuidar un Bonsai: "



1. Generalmente, la retirada de savia de las ramas suele estar provocada por la muerte de las raíces que alimentan la rama afectada, debido a podredumbre o a que no se moja bien todo el cepellón. Otra causa pueden ser las podas mal cicatrizadas. Para evitar esto, es fundamental regar adecuadamente, trasplantar periódicamente y utilizar pasta selladora tras la poda.





2. Dedicar unos minutos diarios para comprobar el estado de nuestro bonsái es más útil que todo un día a la semana. Vigila especialmente la humedad de la tierra y manchas o anomalías en las hojas.





3. Si respetas las épocas adecuadas para cada trabajo (trasplante, pinzado, poda, etc.), tu árbol reaccionará mejor a las técnicas utilizadas y crecerá más sano y rápido. Observa tu árbol e infórmate de los cuidados particulares de la especie a la que pertenece.





4. No es aconsejable crear un bosque con especies diferentes porque tarde o temprano una de ellas dominará al resto, además de los problemas de cultivo provocados por necesidades diferentes (riego, situación, etc.)





5. No muevas tu bonsái a diario, no lo coloques en el exterior de día y en el interior de noche, ya que los árboles necesitan el descenso de temperatura nocturno. Aunque por la noche no hay fotosíntesis, la respiración y transpiración continúan y una temperatura más alta de lo normal acelera estos procesos consumiendo las reservas del árbol. Siempre debes cultivar tu bonsái en el exterior y con las debidas precauciones para los tropicales y subtropicales cultivados en las zonas con estación invernal.





6. Debes evitar que el musgo, o cualquier otra planta tapizante, cubra toda la superficie de la tierra de la maceta de tu bonsái ya que esto dificultará la respiración de las raíces y además, la humedad permanente del musgo podría favorecer la aparición de enfermedades relacionadas con la podredumbre. Si deseas utilizar musgo, hazlo con moderación y evitando que cubra más del 50% de la superficie de la tierra.





7. El color rojizo de la corteza de los juníperos se consigue quitando las capas de corteza que se forman con el paso del tiempo. Usa un cepillo de púas duras (de latón, aluminio, etc.) y quita la primera gruesa capa de la corteza superficial (de color marrón oscuro) hasta que aparezca la fina capa de corteza inferior de color rojizo. Luego termina de cepillar con un cepillo de dientes mojado en agua. Si quieres que el color rojizo tenga un color intenso, puedes frotarle con algo de aceite de oliva.





8. Los arces suelen ser muy sensibles al sol directo y a las altas temperaturas del verano/primavera por lo que es aconsejable mantenerlos durante el período comprendido entre finales de la primavera y finales del verano en un sitio fresco a la sombra o semisombra.





 9. Es importante conocer la procedencia de la especie de tu Bonsai para cultivar adecuadamente, porque si tu árbol procede de un clima tropical o subtropical, no aguantará cultivado en un lugar con clima continental, a menos que dispongas de un invernadero frío para la estación fría, o si tu árbol es originario de un clima continental, difícilmente podrá vivir en un clima tropical por la falta de estación fría.





10. Si el clima de tu ciudad es de montaña, es decir, con inviernos muy fríos y veranos cortos y frescos, algunas de las especies más indicadas podrían ser: abedules, abetos, hayas, Pinus sylvestris o serbales."



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Cómo cuidar un cactus de interior | eHow en Español

Cómo cuidar un cactus de interior | eHow en Español: "Instrucciones

1
Coloca tu cactus en una maceta de arcilla que no esté glaseada. Elige una que pueda ser drenada fácilmente a través de un agujero (o agujeros) en la base.

2
Agrega mezcla para macetas hecha de corteza de orquídea, perlita, tierra para macetas, turba, fibra de coco, piedra pómez y/o molde de hoja de roble para mejores resultados. Es una buena idea trasplantar tu cactus cada dos años después que florezca (si es una planta con flores). Deja dos pulgadas (5,02 cm.) entre la mezcla para macetas y la parte superior de la maceta si tu cactus va a crecer.


3
Riega el cactus una vez por semana. En climas más fríos ( por ejemplo en el invierno) puedes necesitar regar tu cactus con más frecuencia porque el calentador puede usar algo de la humedad de la planta. Revisa si tu cactus necesita agua. Mide 1/2 pulgada de tierra con tu dedo y si está seca, riega el cactus.

4
Vierte suficiente agua hasta el punto que empiece a drenar a través de la base de la maceta. Cuando desees reducir la cantidad de agua que el cactus obtiene, alarga el tiempo entre los riegos, en vez de la cantidad que usas al regar la planta.

5
Coloca el cactus en una zona bien iluminada. Con un cactus de interior es poco probable que halles un lugar con mucha luz. Buenos lugares son una ventana panorámica, un atrio o una entrada luminosa donde otras plantas puedan dañarse."



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