miércoles, 16 de septiembre de 2015

Los cuidados de la gerbera

El cultivo de Gerbera en maceta ha estado siempre en invernadero, por lo que es importante no exponerla directamente al sol, lo que no quiere decir que no necesite buena iluminación, ya que es imprescindible para que florezca de forma correcta y con colores vivos e intensos. Por tanto, la mejor ubicación para la Gerbera es lo más cerca posible de una ventana, especialmente en la época invernal, donde los días son mas cortos

                              ramo gerbera enviar a domicilio

El riego ha de ser moderado, frecuente pero no en exceso, para evitar encharcamientos o sequías, ya que la Gerbera responde muy mal a los cambios bruscos. No hay que regar nunca por encima de sus flores. Hay que abonar con un fertilizante rico en potasa, ya que se favorecerá la emisión de flores y mantendrá la planta más resiste ante posibles enfermedades. Estos fertilizantes además deberán contener microelementos para evitar las carencias, en especial la de hierro, cuya característica es el amarilleamiento de sus hojas. La temperatura idea es de 17 a 25º C, con una humedad relativa ligeramente elevada. En cuanto a las plagas y enfermedades que puede sufrir la Gerbera, en casa no debe preocupar, ya que suele comercializarse en perfecto estado. Al ser un planta que está en el hogar, no suele infectarse de plagas del exterior por lo que su ciclo de vida se cumple sin problemas. No obstante, en caso de aparecer alguna plaga o enfermedad (araña roja, pulgón en sus flores…) un tratamiento con un formulado de triple acción de los que se comercializan bastaría. Estos cuidados son si la planta se encuentra en maceta. Si la disfrutamos como flores frescas (aquí podemos encontrar un precioso ramo de Gerberas), sus cuidados se limitan al cambio de agua cada dos días, recortar el tallo un centímetro cada vez que se realice el cambio de agua y añadir un conservante al jarrón de agua.

http://infoflor.es/

martes, 8 de septiembre de 2015

Cuidados de los girasoles

                           Cuidados de los girasoles

Originarios de América, el girasol se cultiva como una planta anual, aunque algunas especies sean perennes. Éstos pertenecen a la familia de las Asteraceae. De ésta, los Helianthus no son solo los más conocidos, sino que son también los más grandes, con un tamaño que puede alcanzar hasta 3 m de altura.
Independientemente de la especie, prácticamente todos los girasoles tienen ese color amarillo tan característica que recuerda al sol. Los girasoles tienen además la ventaja de ser melíferos, participando en la polinización y, por tanto, en el ecosistema .

Plantación de los girasoles

Éstos pueden ser perennes o anuales, y dependiendo del tipo que sea, su plantación será una u otra.
Si la especie de girasol que plantemos es perenne, la siembra la realizarnos en primavera y su multiplicación se realizará en otoño. Debemos mantener una distancia razonable (entre 30/40 cm) entre cada planta.
Si la especie es anual dependerá del tipo de cultivo que hagamos. Si es en semillas, realizaremos su plantación en primavera directamente en la tierra. Ésta se llevará a cabo en un hoyo, en el que colocaremos diferentes semillas.
Si adquieres los girasoles ya plantados en macera, su trasplante a la tierra la realizaremos entre los meses de abril/junio.

Cuidados de los girasoles

El cultivo de los girasoles es muy sencillo y sus cuidados son casi nulos. Su floración es muy agradecida a las atenciones que le prestemos. Uno de los cuidados que más presentes hay que tener es el de quitar las flores marchitas que aparezcan de una manera inmediata.
Estas plantas crecen de una manera tan rápida que son ideales para plantar en macizos, contra un muro bien expuesto al sol e incluso para plantar en macetas, siempre optando por las especies más pequeñas.
Pero su crecimiento rápido genera también la creación de malas hierbas, y con éstas debemos tener mucho cuidado ya que son perjudiciales pudiendo romper los ciclos de las plantas. La mejor manera de eliminarlos es con una azada, de la manera tradicional, o con productos químicos. Aunque en este último caso, cuidado que sean apropiados para girasoles, no vayan a dañar las semillas.
No es necesario un riego frecuente, al contrario de lo que ocurre con las flores en general. Riegos demasiado frecuentes acabarían por matar a los girasoles. Lo ideal es que los riegues 20 días antes y después de la aparición de las flores. Y si en ese momento hay o ha habido lluvias , desiste. Ya tienen suficiente agua.
Un suelo demasiado húmedo puede hacer que éste no aguante el peso de los girasoles y que éstos acaben por caer. Si plantas muchos girasoles juntos, este problema lo evitarás. 

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viernes, 4 de septiembre de 2015

Cómo cuidar tulipanes

                              Cómo cuidar tulipanes

Elige un lugar soleado que reciba por lo menos 6 horas de luz solar directa. A pesar de que los tulipanes florecerán con menos sol, las flores en general, serán más pequeñas y pueden carecer de color. Ten en cuenta que los tulipanes florecen temprano y se pueden cultivar bajo los árboles de hoja caduca que no tienen hojas todavía en la primavera. La clave es encontrar un lugar que reciba mucho sol en la primavera.
Prepara el suelo de cultivo de la tierra de 8 a 10 centímetros. Retira rocas, raíces y escombros. Añade un montón de compuesto o materia orgánica al suelo y el trabajarlo correctamente
Planta los bulbos de tulipán a 6-8 centímetros de profundidad, dependiendo de la variedad y el tamaño de los bulbos, con la punta hacia arriba. La mejor época para plantar es a principios del otoño para tener flores en primavera. Planta tulipanes en grupos de tres o cinco.
Espolvorea la parte superior del suelo de los tulipanes con fertilizantes de flores y trabaja en uno o dos centímetros del suelo. Este fertilizante se disuelve y así se alimentan las flores cuando llueve.
Deja que las hojas de tulipán sigan creciendo después de la floración. Una vez que se han convertido a color amarillo o marrón y han caído, puedes cortarlas de nuevo al nivel de la tierra si deseas. Después de la floración, los tulipanes usan la energía para fortalecer los bulbos para el próximo año. Cortarlas de nuevo antes de que hayan muerto, puede impedir que florezca los próximos años.